Primera experiencia con el mapa
Al
salir de la cueva nos encontramos con un paisaje que se extiende mucho más de
lo que alcanzan a ver nuestros ojos. La salida queda en lo alto de una ladera
con una pendiente pronunciada. Una corriente de agua se precipita abruptamente
por un lado, pero una segunda serpentea por otro camino formando rápidos en su
descenso.
Centrándonos en lo más inmediato, hemos encontrado diferentes
elementos que resaltan a nuestro alrededor y hemos empezado a pensar en nuestro
siguiente paso.
Nos ha llamado
la atención la presencia de un gran esqueleto, ocupando un fragmento importante
de nuestro campo visual. También hemos encontrado que hay un camino visible que
atraviesa ondulante el desértico paisaje. Esto nos lleva a pensar que existe
algún tipo de civilización que lo ha creado y lo utiliza.
El lugar del
que partimos tiene abundancia de agua, pero prevemos que no habrá más hasta que
no alcancemos el oasis que vemos mucho más allá del esqueleto.
Por
unanimidad hemos decidido aproximarnos al esqueleto e investigarlo más de cerca
en nuestro camino al oasis. Más adelante, seguiremos el camino del sur.
Fusión con la clase: los alumnos ven el fragmento del
mapa proyectado en la pizarra digital, ampliado. En su calidad de exploradores,
tienen que detectar distintos elementos y no sólo nombrarlos, si no explicar
qué motivos hay para su existencia, qué ventajas o inconvenientes
nos puede plantear, que opciones tenemos y qué información podemos deducir. Por ejemplo, un camino claramente marcado nos indica que hay algún tipo de seres que los utilizan y que, siguiéndolo, llegaremos a algún tipo de civilización.
Hay una
pequeña recompensa en forma de experiencia para aquellos jugadores que aporten
información relevante (no sólo el nombre de algún elemento del mapa, si no más
detalles al respecto).
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